Michelle Bachelet frente a los nuevos desafíos de Chile

Michelle Bachelet asumirá su segundo mandato presidencial el 11 de marzo de 2014. La candidata Socialista ganó en segunda vuelta con el 62,4% de los votos, frente al 27,59% de la candidata de la derecha Evelyn MattheiMichelle Bachelet asumirá su segundo mandato presidencial el 11 de marzo de 2014. La candidata Socialista ganó en segunda vuelta con el 62,4% de los votos, frente al 27,59% de la candidata de la derecha Evelyn Matthei.

Los desafíos de este nuevo mandato presidencial están planteados desde antes del comienzo de su gestión. En Chile el sufragio es universal pero no obligatorio. Con un censo de 13,5 millones de chilenos habilitados para votar, la participación fue la más baja desde el retorno a la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet; apenas concurrieron en la segunda vuelta 5,7 millones con una abstención del 59%.

Tras 17 años de una de las dictaduras más largas del conteniente y con 20 años de gobiernos de la alianza socialista-demócrata cristiana y un perìodo neo-pinochetista de Sebastián Piñera, Chile siempre se mantuvo en el modelo económico neoliberal de la dictadura; aplicando políticas paliativas para maquillar las desigualdades sociales. Chile es un “caso” típico de los organismos internacionales del neoliberalismo FMI; Banco Mundial tratado de libre comercio.

Hoy la pobreza y la desigualdad, no sólo en términos económicos sino de derechos, le hacen un fuerte reclamo a las administraciones conservadoras.

El 59% de abstenciones en las ultimas elecciones no es sinónimo de una a-politización de la ciudadanía sino por el contrario los trabajadores, estudiantes, campesinos y múltiples organizaciones se han puesto en marcha con la mayor cantidad movilizaciónes en las calles en un año que en toda la ultima década.

En Chile; la huelga fuera de los tiempos donde se abren las paritarias està prohibida y son denominadas “huelgas ilegales”, fuertemente reprimidas y con legislaciones que benefician a los empleadores tanto privados como estatales y con claras violaciones a la libertad sindical como convenios internacionales.

El margen de no quedar fuera de ley o la legalidad en Chile es prácticamente nula, la norma y la regla son inapelables como los carabineros en su capital. Pero la sociedad en su conjunto demanda varias deudas históricas que este nuevo gobierno deberá afrontar.

El 11 de marzo de 2014 Bachelet asumirá el mandato y antes de que termine de adecuar su despacho el 22 de marzo se agenda una enorme movilización que se autodenomina: “La marcha de todas las marchas” donde entre sus convocantes se encuentran: Organizaciones por la diversidad sexual, movimientos ambientalistas, trabajadores, pueblos originarios, movimientos de mujeres; y los estudiantes que fueron protagonistas en los últimos años de grandes y masivas movilizaciones para exigir la educación publica y gratuita en Chile, poniendo en jaque el gobierno de Piñera.

Bachelet llega al gobierno no sólo con un programa sino con una agenda donde los primeros “100 días” tendrá que dar muestras de sus propuestas en campaña.

Entre las promesas, la reforma educacional para aprobar una nueva ley que permita la educación gratuita en todos los niveles, para ello tendrá que buscar legisladores por fuera de la coalición, la reforma tributaria que apunta a una redistribución de la renta. Por último deberá avanzar en una reforma constitucional, ya que hoy continúa vigente la constitución elaborada por la dictadura.

Entre las modificaciones propuestas para la nueva constitución se encuentran el derecho a la intimidad y los derechos sexuales y reproductivos, derechos a la igualdad contra la discriminación como así también modificaciones del régimen presidencial con un sistema bicameral dando mayor poder al parlamento para las decisiones del Estado, la reelección presidencial y la eliminación del capitulo que hace referencia a las fuerzas armadas y del orden, y suprimir el consejo de seguridad nacional entre otras modificaciones.

Las centrales obreras de Chile exigen modificaciones estructurales de orden laboral y sindical. Bachelet llega al gobierno sabiendo que tiene una oportunidad única de romper las administraciones conservadoras, y de reparar la deuda histórica del Estado con el pueblo de Chile sabiendo que ese 59% de abstenciones en las urnas hoy se expresa y se hace margen por fuera de la institucionalidad del conservadurismo.

 Nicolas Honigesz
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