Elecciones en España: un paso alentador Por Fito Aguirre

 

10679747_800621289975933_4805279518171019737_oSí, se puede. Ese fue y es el lema de Podemos. Los resultados de las elecciones de este último domingo 24 de mayo, dieron un paso en la confirmación de este «Sí, se puede». Más allá de cuál será el destino de la formación de izquierda que nació como partido tan sólo en enero de 2014, algunas cuestiones pueden irse adelantando.

El domingo 24 de mayo hubo elecciones regionales y municipales en España. Se votó la composición de 13 comunidades o regiones, Ceuta y Melilla (de 17 comunidades) y 8.119 Ayuntamientos. Estas elecciones pueden considerarse como históricas ya que es una señal de que el bipartidismo que caracterizaba la vida españoladesde hace cuarenta años, con la alternancia en el poder de los poderosos partidos Partido Popular (PP) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE) está, si no en su etapa terminal, al menos fuertemente amenazado.

En este sentido los resultados son claros. Si bien el PP triunfó en cantidad de votos, habiendo acumulado el 26,7% de los sufragios, el deterioro a nivel de poder territorial es evidente. Con respecto a la última elección de 2011 ha perdido 2,55 millones de votos. El número de votos puede sonar abstracto, pero si se tiene en cuenta que ha perdido la mayoría absoluta en la mayoría de las regiones que controlaba, sumado a la pérdida de ciudades claves, el impacto es rotundo.

Este fenómeno es interesante, sobre todo ya que la fuga de votos se ha dado a favor de nuevas coaliciones y formaciones de izquierda, algunas de las cuales surgieron del movimiento popular 15M de 2011, donde se comenzó a denunciar el flagelo producido por años de políticas neoliberales que ha dejado las tasas de desempleo más altas de España. Esto sumado a directivas gubernamentales que tienden a reducir las políticas sociales, a limitar las manifestaciones populares, a promover los desalojos (o desahucios) pero que continúan protegiendo a los sectores empresariales que salen airosos de las crisis que pagan los pueblos.

A partir de los resultados de estas elecciones, si logran pactar entre los diferentes partidos, coaliciones de izquierda estarán en condiciones de controlar la mayoría de las regiones o comunidades, relegando al PP sólo a tres o cuatro regiones. A su vez, en varias ciudades podrán estar al frente del gobierno representantes de estas formaciones de izquierda.

Los casos de Barcelona y Madrid resultan emblemáticas expresiones de la voluntad popular. En el primer caso la victoria de Barcelona en Comú, la coalición de la cual forma parte Podemos y que lleva como alcaldesa a Ada Colau, una destacada militante contra los desalojos, es una muestra de lo que los ciudadanos están viviendo día a día y por lo tanto de lo que necesitan: que se destine gasto público al empleo, a las políticas sociales, a la inclusión y que se termine con la especulación inmobiliaria. Además esta victoria evidencia un revés para el partido separatista de Catalunya.

En Madrid, si bien la alcaldía dependerá de las futuras alianzas que logren realizarse entre los partidos de izquierda, todo indicaría que asumiría como alcaldesa Manuela Carmena por Ahora Madrid, quien podría desplazar al PP luego de estar desde 1991 al frente de la ciudad capital.

Estos resultados son claramente alentadores para todos aquellos que creemos que un cambio social y político es posible y necesario, pero no todo está ganado aún. En el caso de España, más allá de estos buenos resultados queda un largo camino a recorrer para las elecciones generales que serán a fines de este año y que marcarán quién gobernará ese país en los próximos años. En este sentido, no hay que subestimar al PP, por lo cual será clave el desempeño que tengan partidos como Podemos, el nivel de conformación de alianzas que se logre establecer y en particular el rol que jugará el PSOE en estas alianzas, ya que será necesario contar con él visto que sigue siendo el segundo partido más votado.

El desafío para los nuevos partidos emergentes de izquierda será entonces lograr mantener sus propuestas y estrategias, conformando coaliciones de unidad popular, para que pueda alcanzarse el fin del bipartidismo y de las políticas de austeridad neoliberales. Esperemos que sí se pueda.

 

 

 

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