La CTA y Río+20

Desde la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro de 1992, el desarrollo sustentable y los problemas con el modelo de producción y acumulación mundial se pusieron de manifiesto ante los líderes globales.

Desde la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro de 1992, el desarrollo sustentable y los problemas con el modelo de producción y acumulación mundial se pusieron de manifiesto ante los líderes globales.

Río 92′ fue pionera en el llamado a reaccionar a los problemas ambientales y las injusticias sociales que este desarrollo desigual genera. Este año se cumplen 20 años de aquella histórica cita, y se reunirán nuevamente todos los gobiernos del mundo, en la cumbre de Río+20 en junio. Esta cumbre será un momento clave para revisar lo hecho en estos 20 años (con pobres resultados) y las perspectivas a futuro, con eje en la promoción de la denominada “economía verde”, y no en el desarrollo sustentable como pedimos los movimientos sociales. Desde la CTA, en nuestro carácter de central de trabajadores, nos vamos a plantar hacía Río+20 organizando la Conferencia Internacional Hacia Río+20 “Visión política de los trabajadores sobre el desarrollo”, los días 28 y 29 de marzo.

La Conferencia Internacional Hacia Río+20 va a marcar el terreno de los debates que se van a llevar a cabo en junio, y posicionar a los trabajadores y los movimientos sociales como ejes fundamentales en la discusión del desarrollo sustentable. En la CTA no queremos dejar pasar un momento histórico para discutir las posiciones y propuestas que los trabajadores tenemos acerca de los caminos que debemos tomar para lograr un modelo de desarrollo sustentable, que refuerce la soberanía material, ambiental y alimentaria de los pueblos. Material, para disponer de los recursos existentes en los territorios y convertirlos en desarrollo real de los pueblos, pero también como freno a la presión especulativa en el plano de la economía financiera y de empresas multinacionales, cuya jurisdicción es muchas veces más potente que la estatal; ambiental, porque el mundo necesita instalar la idea de una transición justa en materia del derecho al desarrollo industrial y tecnológico con cuidado del impacto ambiental, en tanto los países centrales deben ser quienes asuman los costos del deterioro producido por la voracidad de su expansión; y alimentaria, ya que los países pueden producir y agregar valor a lo que emana de su propia tierra, y tienen los elementos para frenar la especulación financiera en el sector de los commodities y asegurar la buena alimentación de sus pueblos.

Estos conceptos tienen que ser un pilar esencial en las discusiones sobre nuevos modelos de desarrollo. La cumbre de Río+20 no parece perfilar en el sentido planteado por los trabajadores. Los ejes de esa cumbre serán la “gobernanza global” y la “economía verde”. En ambas temáticas, predominan las perspectivas de los gobiernos —en una alianza Norte-Sur— y los grupos económicos internacionales más importantes. La “gobernanza global” busca crear una arquitectura global, es decir un entramado de acuerdos y regulaciones que avalen la propuesta de la economía verde. La “economía verde”, anunciada con bombos y platillos como la solución para generar un desarrollo sustentable, busca convencer a los mercados —en la amplia libertad que el neoliberalismo les otorga— que hay oportunidades de lucro al invertir en el medio ambiente, no haciendo más que darle valor de mercado a la naturaleza. Estas propuestas las vamos a debatir y vamos a dar pelea para que se cambie el rumbo actual.

La conferencia organizada desde la CTA contará con la amplia participación de centrales sindicales y movimientos sociales nacionales, regionales e internacionales, que tienen también el interés de poder aunar fuerzas con el fin de generar una convocatoria masiva y contundente hacia Río+20. Las temáticas principales a tratar durante estos días de debate incluirán un repaso por el estado de las negociaciones de cambio climático desde Río 92′ a la fecha, con foco en las últimas cumbres de Copenhagen y Durban; el rol de los trabajadores en el desarrollo sustentable; las alternativas a los modelos extractivistas reinantes en la región; y también el plan de acción durante la Cumbre misma. Este último punto es fundamental, para lograr unificar acciones y tener mayor fuerza en el momento de los debates con los gobiernos y los grupos económicos. La CTA es un actor privilegiado ya que participará por dentro en las negociaciones oficiales, presionando sobre la declaración oficial final y por fuera como parte de la Cumbre de los Pueblos, que se llevará a cabo en paralelo a la cumbre gubernamental.

Río+20 es el momento clave en la definición del modelo de desarrollo que queremos y los destinos que vamos a tomar como sociedad en los próximos años. Por eso es fundamental que los trabajadores definamos nuestras posturas y juntemos esfuerzos para participar con toda nuestra potencia en los momentos importantes de la historia. La Conferencia Internacional Hacia Rìo+20 de fines de marzo en Buenos Aires es un ejemplo más de la iniciativa tomada por nuestra CTA para abrir el debate hacia los trabajadores y trabajadoras que no van a dejar que las decisiones sobre su futuro sean tomadas sin su participación.

(Adolfo «Fito» Aguirre: 09.02.2012)

 

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